04 de agosto de 2010
Precio: Cifras para el público (Expresión monetaria)
Valor: Algo personal – Valor sentimental (Es subjetivo)
¿De qué se ocupa la economía?
Se ocupa de las cuestiones y problemas que surgen en relación con la satisfacción de las necesidades individuales y de la sociedad en conjunto. Esta también se ocupa de administrar los recursos, con el objetivo de producir bienes y servicios y distribuirlos para su consumo en la sociedad.
Macro-economía
Esta parte de la economía se encarga de estudiar los agentes en conjunto. Como por ejemplo, el total de los ingresos, nivel de desempleo, economía a largo plazo.
Sirve para tomar decisiones fiscales y montarías con la subida de la tasa de interés.
Micro-economía: Estudia los agentes individuales como las empresas, los individuos o los mercados.
Sirve para analizar la oferta y la demanda.
NO TIENEN QUE VER CON GRANDE Y PEQUEÑO.
11 de agosto de 2010
Comportamiento del consumidor: De esto se encarga la micro-economía, ya que esta piensa en la sociedad en términos individuales. Si podemos explicar cómo se comporta este “ÉL” sabremos sus decisiones y tendremos en cuenta que ofrecerles.
Positivismo: No se juzga al sujeto, solo se reconoce su existencia.
Necesidades: No hay necesidades ni fundamentales ni básicas. Todas las necesidades son validas.
Racional: (Mejor puede significar más). Un consumidor racional es consciente de lo que necesita. En el mundo económico no hay estúpidos.
Subjetividad.
Simplificación.
Sustitutos.
EJERCICIO DE OBSERVACIÓN:
NEVERA:
De un color beige pálido y de 1.80 m de altura es ella. Con moño incluido llego hasta la puerta de mi casa, como un detalle de mi abuela hace 15 años, en el momento era nueva y último modelo, el día de hoy y a pesar de tener tan solo 15 primaveras ya es vieja. Pesa mucho pero no por su contenido ya que vive prácticamente vacía, pues sus dueños se mantienen poco en casa, así que lo que ella abriga bajo su manto helado y congelador son pocas cosas, distribuidas en un orden casual, arriba o abajo, nada en el centro, las verduras son organizadas en la parte inferior, y los lácteos y cárnicos en la parte de superior. A la puerta de la nevera de mi casa la adornan los diversos colores de algunas salsas que allí han esperado por bastante tiempo acompañar alguna comida. En el congelador, que por cierto bastante escarcha produce, solo se encuentran hielos. Aunque mi fiel nevera, que siempre ha respondido con gratitud al buen trato que se le da, funcione perfectamente, el propósito de mi madre es que al terminar este año una nevera color plata, tipo No Frost, de la compañía HACEB este ocupando su lugar y haciendo supuestamente mejor su fría labor. Solo espero y le recomiendo a mi madre que la nevera que llegue no sea desechable.
COCINA:
Hace tan solo 3 años cambio de tamaño, creció un poco. La cocina de mi casa tiene dos estufas y solo una se usa, esta tiene tres resistencias de la cuales solo se usan dos. La otra estufa es de gas y no se utiliza por precaución, ya que convivo con mi abuela de 79 años y para ella no es fácil usarla. En la parte inferior de la el mesón cocina hay un sin número de cocas una presentables y otras no tanto, unas que ni se usan, o están quemadas o rotas, hay cocas sin tapa y tapas sin cocas, pero aun así se guarda pues mi mamá es un poco celosa con ellas, también se colocan algunos granos y cosas en general del mercado. Hay tres ollas a presión pero solo se usa una, la más pequeña, pues en mi casa no se cocina en grandes cantidades. Hay platos de plástico y de losa, y en un gabinete se guarda la vajilla fina que se usa solo en ocasiones especiales.
Ahí una silla alta de madera, color caramelo, que usualmente nadie utiliza pues no nos provoca comer en la cocina pues el comedor queda a tan solo tres pasos. Hay mas cuchara que cualquier otra cosa y los trinchetes y tenedores son bastante escasos.
CLOSET:
El closet es un espacio en el cual están agrupados toda clase de gustos, los de mi hermana, mi hermano, mi mamá y por supuesto los míos. Cada uno utiliza dos cajones para su uso personal, los restantes son compartidos. Analizando el estilo de cada uno y por lo que se aprecia puedo decir que soy la mas organizada, seguida por mi hermano de nueve años, mi Alejandra de dieciséis años y mi mamá no se preocupan mucho por darle buen o mejor uso a este espacio. En las alas laterales están ubicados los jeans, sudaderas y chaquetas, en un espacio que la familia comparte, en la parte superior encontramos las objetos del hogar como son sabanas, cortinas, toallas, cobijas, etc. La sección inferior pertenece a los zapatos. En el centro están situados ocho cajones, a Mateo y a mí nos corresponden los de la derecha, los de la izquierda a mi mamá y a Alejandra. Aunque el closet es familiar y por consiguiente bastante grande, se puede observar que en mi hogar hay lo preciso en este espacio, no sobra pero tampoco hace falta.
Periódico: Tiraje semanal y dominical: Suscriptores:
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Hay algunos bienes cuya demanda es muy sensible al precio, pequeñas variaciones en su precio provocan grandes variaciones en la cantidad demandada. Se dice de ellos que tienen demanda elástica. Los bienes que, por el contrario, son poco sensibles al precio son los de demanda inelástica o rígida. En éstos pueden producirse grandes variaciones en los precios sin que los consumidores varíen las cantidades que demandan. El caso intermedio se llama de elasticidad unitaria.
La elasticidad de la demanda se mide calculando el porcentaje en que varía la cantidad demandada de un bien cuando su precio varía en un uno por ciento. Si el resultado de la operación es mayor que uno, la demanda de ese bien es elástica; si el resultado está entre cero y uno, su demanda es inelástica.
Los factores que influyen en que la demanda de un bien sea más o menos elástica son:
1) Tipo de necesidades que satisface el bien. Si el bien es de primera necesidad la demanda es inelástica, se adquiere sea cual sea el precio; en cambio si el bien es de lujo la demanda será elástica ya que si el precio aumenta un poco muchos consumidores podrán prescindir de él.
2) Existencia de bienes sustitutivos. Si existen buenos sustitutos la demanda del bien será muy elástica. Por ejemplo, un pequeño aumento en el precio del aceite de oliva puede provocar que un gran número de amas de casa se decida por usar el de girasol.
3) Importancia del bien en términos de coste. Si el gasto en ese bien supone un porcentaje muy pequeño de la renta de los individuos, su demanda será inelástica. Por ejemplo, el lápiz. Las variaciones en su precio influyen muy poco en las decisiones de los consumidores que desean adquirirlos.
4) El paso del tiempo. Para casi todos los bienes, cuanto mayor sea el período de tiempo considerado mayor será la elasticidad de la demanda. Puede ser que al aumentar el precio de la gasolina, su consumo no varíe mucho, pero al pasar el tiempo podrá ser substituida en algunos de sus usos por el carbón, en otros usos por el alcohol, de forma que la disminución en la demanda sólo se nota cuando pasa el tiempo.
5) El precio. finalmente hay que tener en cuenta que la elasticidad de la demanda no es la misma a lo largo de toda la curva. Es posible que para precios altos la demanda sea menos elástica que cuando los precios son más bajos o al revés, dependiendo del producto de que se trate.
Lo anterior due tomado de : http://www.eumed.net/cursecon/4/elasticidad-demanda.htm
BIEN: Es todo aquello que las personas usan para satisfacer sus necesidades.
BIENES DE CAPITAL: Son bienes terminados que se emplean en la producción de otros bienes.
BIENES DE CAPITAL: Son bienes de producción, es decir, aquellos bienes que sirven para producir otros bienes.
BIENES ECONOMICOS: Son relativamente escasos y por tanto tienen un costo más elevado, tal como un libro, un pantalón, etc.
BIENES INFERIORES: Son bienes que al aumentar el ingreso de los consumidores la demanda por el bien va a disminuir y viceversa.
BIENES INTERMEDIOS: Bienes producidos cuya finalidad es ser empleados en algún procesamiento posterior, por ejemplo las materias primas (tela, botones, hilo, etc.) con que se produce una camisa.
BIENES LIBRES: Son tan abundantes que nadie estaría dispuesto a pagar por ellos. Por ejemplo: el aire.
BIENES NORMALES: Son bienes que al aumentar el ingreso de los consumidores la demanda por el bien va a aumentar y viceversa.
BIENES PUBLICOS: Son bienes destinados a satisfacer las necesidades colectivas, cuyo cunsumo es indivisible, y por tanto aún cuando alguien no pague por ellos, no puede ser excluido de su uso.
BIENES Y SERVICIOS FINALES: Bienes y servicios producidos para su uso final.
BIENES SUNTUARIOS: Bienes de lujo.
El 12 de agsoto del 2000 se hundió el submarino ruso Kursk en el mar de Barents, al norte de Rusia. Esta tragedia provocó la muerte de la totalidad de sus tripulantes.
El hundimiento de Kursk con 118 tripulantes a bordo, ha sido la peor catástrofe naval en la historia de Rusia postsoviética. La operación de rescate internacional fracasó y no se pudo salvar a ninguno de los marineros.
Al desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) acompañan verdaderos trastornos económicos. Como prueba, los debates sobre la emergencia, según el caso, de una “nueva economía”, de una “economía digital”, de una “economía de la información y comunicación” y hasta de una “economía del conocimiento”. ¿Será la comunicación un sector económico entre otros tantos? ¿Nos encaminará hacia nuevas pautas de crecimiento?
Las nuevas formas de comunicación van transformando la vida económica en las empresas y obligando a repensar los modos de regulación pública. La publicidad, el marketing, la inteligencia económica constituyen otras tantas formas renovadas de ajuste entre oferta y demanda. Por otra parte, la actividad económica ya no se puede dar sin ser explicada, sin ir acompañada de intervenciones en la media que la transformen o finalmente la “hagan existir”.
Ante esas nuevas realidades en las que el mundo de la comunicación y él de la economía se van cada día más entremezclando, el diálogo entre ciencias económicas y ciencias de la información y comunicación (CIC) queda paradójicamente limitado. Estudiada como sector de actividad, la comunicación no es todavía objeto de un corpus teórico reconocido por los economistas. En cuanto a las CIC, aunque estas se van inspirando en una larga tradición del estudio de la economía política de la comunicación, sus vínculos con los trabajos económicos recientes siguen todavía flojos. Sin embargo, la información y la comunicación constituyen un factor esencial del conocimiento.
Señalar la paradoja ya es contribuir a favorecer un diálogo interdisciplinar. La cuestión de Internet, la importancia de la propiedad intelectual o también el peso de la redes en las economías inmateriales constituyen otros tantos temas actuales para los cuales este tipo de diálogo resulta particularmente fecundo. Este es el objeto del presente número.
Ante esas nuevas realidades en las que el mundo de la comunicación y él de la economía se van cada día más entremezclando, el diálogo entre ciencias económicas y ciencias de la información y comunicación (CIC) queda paradójicamente limitado. Estudiada como sector de actividad, la comunicación no es todavía objeto de un corpus teórico reconocido por los economistas. En cuanto a las CIC, aunque estas se van inspirando en una larga tradición del estudio de la economía política de la comunicación, sus vínculos con los trabajos económicos recientes siguen todavía flojos. Sin embargo, la información y la comunicación constituyen un factor esencial del conocimiento.
Señalar la paradoja ya es contribuir a favorecer un diálogo interdisciplinar. La cuestión de Internet, la importancia de la propiedad intelectual o también el peso de la redes en las economías inmateriales constituyen otros tantos temas actuales para los cuales este tipo de diálogo resulta particularmente fecundo. Este es el objeto del presente número.
Número coordinado por Joëlle Farchy y Pascal Froissart.
Comunicación y economía.
Hay pocas cosas más satisfactorias que entender y ser entendido, que comprender y ser comprendido y pocas cosas son más decepcionantes que lo contrario. Cuando uno no entiende o no es entendido tiende a desplazarse, a aislarse y así se marcha a un exilio del que saldrá cuando encuentre un interlocutor que le entienda y que pueda entenderle. Así nuestras relaciones sociales pasan del exilio de la incomprensión a una repatriación inmediata y exaltada. Este autoexilio nos impide relacionarnos simétricamente con otras personas, sin embargo, tenemos que tratar de hacer esfuerzos por encontrar esa punto medio en el cual a pesar de las diferencias poder sobrevivir. En la medida que observamos que somos comprendidos y que comprendemos, somos capaces de realizar acciones. Es esta esfera de entendimiento forzado donde se realizan las acciones interagenciales, la arena donde se establece la negociación, el ámbito de donde salen soluciones. Así las relaciones económicas se centrarían en esa esfera de negociación que se deriva de un esfuerzo por entenderse, de lo que se deriva que en si, como todas las disciplinas humanas, estas son subsistemas comunicacionales que tienen sus propios códigos.
Nos preocupa la economía. Parece ser que es lo que más nos preocupa. En la calle se habla de economía, cada vez hay más alumnos cursando carreras como administración y economía, han proliferado las escuelas de negocio porque muchas son un negocio en sí. Los expertos en economía cada vez son más numerosos. En definitiva, la información económica constituye una avalancha pero este torbellino no nos permite alcanzar las orillas donde poder sentarnos a ver como discurren a toda velocidad esos rápidos y analizar que ocurre en realidad. Ver el orden del caos y así poder encontrar un orden a todo eso que nos aturde y nos impide aclarar el panorama. Es decir, tratar de hacer una epistemología, una ontología de la observación que nos permita descifrar cómo se establecen esas relaciones comunicaciones que dan como resultado al subsistema económico y así poder-entender en qué consiste dicho fenómeno.
Pero antes de continuar es preciso aclarar algo. ¿Por qué hablo de subsistema? Es evidente que este concepto implica subordinarlo a otro. Siguiendo a Aristóteles, la política es la disciplina bajo cuya rectoría y autoridad se desarrollan y caracterizan las demás y la economía es una de ellas. No es baladí expresar esta opinión por cuanto cada vez es más frecuente hacerse la pregunta de si existen las ideologías, de si existe un pensamiento político o de si la economía ha terminado por sustituir al papel de la política y consecuentemente, si los Estados son Estados realmente o son mercados y así incluso poder pensar si la economía no se restringe solo al mercado y es este el fin de esta ciencia en vez de un medio. En el centro de estas incertidumbres se encuentra un hombre cada vez más desolado. Cada vez menos participativo y más expuesto a los vaivenes de esos intereses abstractos y volátiles que son los mercados.
Como decíamos en la segunda parte, desde el año 1981 aproximadamente, la literatura económica habla de mercados emergentes, de economías emergentes, de países emergentes en el mejor de los casos, pero nunca o casi nunca de sociedades emergentes. Es evidente que el concepto de crecimiento podría adscribirse a las ideas de economía o mercados, mientras que el concepto de desarrollo estaría implícito en el de países y sociedades.
Como decíamos en la segunda parte, desde el año 1981 aproximadamente, la literatura económica habla de mercados emergentes, de economías emergentes, de países emergentes en el mejor de los casos, pero nunca o casi nunca de sociedades emergentes. Es evidente que el concepto de crecimiento podría adscribirse a las ideas de economía o mercados, mientras que el concepto de desarrollo estaría implícito en el de países y sociedades.
Es cuestión de cantidad o de calidad. Y en definitiva, pensando en el origen de las cosas ¿qué es origen de qué? Si es que puede plantearse esta pregunta, nuestra respuesta no puede ser radical ya que somos partidarios de fórmulas mixtas que impliquen cesiones cooperativas y simétricas. O en el lenguaje filosófico la búsqueda de un justo medio.
Estamos convencidos de que las dos esferas, la cualitativa y la cuantitativa están a su vez relacionadas con dos visiones de la economía: una subjetiva para la primera y una objetiva para la segunda. Estas dos dimensiones hay que dejarlas bien claras para acomodar en ellas la participación activa o pasiva del hombre. En el caso de la economía objetiva, la economía se justifica por sí misma, mientras que en la visión subjetiva la economía se revela exclusivamente a partir de la acción humana que la protagoniza. Y si creemos y defendemos un perfil económico subjetivo, entendiendo que la acción humana nace del pensamiento y se manifiesta en la expresión, la acción comunicativa es un elemento sobre el cual hay que prestar mucha atención como lo han demostrado autores como Wittgenstein o Habermas en su momento.
Este enfoque es para nosotros una evidencia que muestra las relaciones socioeconómicas entre sistemas económicos tanto a nivel micro, meso o macro. El nivel de análisis de este modelo puede por tanto aplicarse a cualquier manifestación social, política o económica que deseemos. Estamos particularmente convencidos de que las crisis económicas, en realidad no son crisis económicas, sino que son crisis del pensamiento económico que diseña desde-por-y-para modelos de acción económica. Decimos que las crisis económicas son crisis de pensamiento económico porque del pensamiento surge la expresión y de la expresión la comunicación y de la comunicación la interacción y de la interacción las consecuencias y de las consecuencias la validación y la posible rectificación.
Si esto es así, estaremos diciendo que la economía además de ser una ciencia social es un subsistema comunicacional con unas características particulares y además de tener unas características particulares, dichas características pueden ser simétricas o asimétricas, lo que definitivamente pueden permitir una cooperación entre subsistemas socioeconómicos o una utilización desigual entre los mencionados subsistemas. Por estas razones, como diremos más adelante, la economía o los sistemas económicos no son ni buenos ni malos, ni fallan ni tienen éxito per se. Los sistemas y las recetas económicas son básicamente objetivaciones del pensamiento económico, el cual deriva de una preconcepción antropológica determinada ya que como decíamos al principio la expresión y la comunicación dependen y están condicionados por este perfil.
Iván Ureta-Vaquero
Estamos convencidos de que las dos esferas, la cualitativa y la cuantitativa están a su vez relacionadas con dos visiones de la economía: una subjetiva para la primera y una objetiva para la segunda. Estas dos dimensiones hay que dejarlas bien claras para acomodar en ellas la participación activa o pasiva del hombre. En el caso de la economía objetiva, la economía se justifica por sí misma, mientras que en la visión subjetiva la economía se revela exclusivamente a partir de la acción humana que la protagoniza. Y si creemos y defendemos un perfil económico subjetivo, entendiendo que la acción humana nace del pensamiento y se manifiesta en la expresión, la acción comunicativa es un elemento sobre el cual hay que prestar mucha atención como lo han demostrado autores como Wittgenstein o Habermas en su momento.
Este enfoque es para nosotros una evidencia que muestra las relaciones socioeconómicas entre sistemas económicos tanto a nivel micro, meso o macro. El nivel de análisis de este modelo puede por tanto aplicarse a cualquier manifestación social, política o económica que deseemos. Estamos particularmente convencidos de que las crisis económicas, en realidad no son crisis económicas, sino que son crisis del pensamiento económico que diseña desde-por-y-para modelos de acción económica. Decimos que las crisis económicas son crisis de pensamiento económico porque del pensamiento surge la expresión y de la expresión la comunicación y de la comunicación la interacción y de la interacción las consecuencias y de las consecuencias la validación y la posible rectificación.
Si esto es así, estaremos diciendo que la economía además de ser una ciencia social es un subsistema comunicacional con unas características particulares y además de tener unas características particulares, dichas características pueden ser simétricas o asimétricas, lo que definitivamente pueden permitir una cooperación entre subsistemas socioeconómicos o una utilización desigual entre los mencionados subsistemas. Por estas razones, como diremos más adelante, la economía o los sistemas económicos no son ni buenos ni malos, ni fallan ni tienen éxito per se. Los sistemas y las recetas económicas son básicamente objetivaciones del pensamiento económico, el cual deriva de una preconcepción antropológica determinada ya que como decíamos al principio la expresión y la comunicación dependen y están condicionados por este perfil.
Iván Ureta-Vaquero
http://www.eumed.net/libros/2006c/204/1m.htm
¿Son los periódicos cosa del pasado?
La reciente adquisición de Knight Ridder por parte de McClatchy es uno de los acontecimientos que mejor ilustran la situación de toda una industria. El declive aparentemente inexorable del negocio periodístico es una historia antigua, y no debe culminar de modo alguno con la paralización de las rotativas y con nuevas especulaciones sobre el asunto. Pero, al mismo tiempo, como todo tropiezo de Ford o General Motors, siempre genera una serie de noticias sobre la desintegración de la industria automovilística americana. Igualmente, el acuerdo entre Knight Ridder y McClatchy recuerda el cambio radical en la manera en que las personas tienen acceso a las noticias en la actualidad.
La venta de Knight Ridder, con sede en San José, California, por 4.500 millones de dólares en efectivo y acciones, además de 2.000 millones en deuda asumida, el pasado 12 de marzo, es el tipo de noticia que ningún periódico puede dejar de publicar. Al tratarse de la segunda mayor empresa periodística de EEUU, antes de la venta, el destino de las 32 propiedades de Knight Ridder afectará de lleno a millones de lectores y miles de empleados de todo el país. De la misma actualidad y quizá, más sorprendente, fue el inmediato anuncio por parte de McClatchy, una cadena de periódicos con sede en Sacramento, California, de la venta de 12 de los periódicos que acababa de adquirir, especialmente los situados en regiones de bajo crecimiento poblacional. Entre ellos, se vendieron The Philadelphia Inquirer, The Philadelphia Daily News, The San Jose Mercury News, además de periódicos en Minnesota, Ohio e Indiana.
Profesores de Wharton y facultades de periodismo de todo EEUU señalan que la venta de Knight Ridder, acontecida en medio de uno de los periodos más difíciles de la industria: descenso de la circulación, despidos y desvalorización de las acciones- marca de forma indeleble la transformación por la que pasa la industria. Los periódicos tienen que hacer frente a dos enormes desafíos: se trata de una industria madura (el primer periódico se publicó con regularidad hace 400 años en Europa) y son un ejemplo típico (los analistas de bolsa son otros) de intermediarios entre la fuente de información y los clientes- un papel cada vez más amenazado por Internet.
Para continuar siendo competitivos en los próximos años, según los profesores de Wharton y otros expertos, los diarios tendrán que hacer un mayor esfuerzo para atraer lectores más jóvenes, hacer un uso más creativo de Internet y desarrollar contenido, la mayoría local, que se ajuste mejor a las necesidades de unos suscriptores que tienen a su disposición miles de noticias y fuentes de información al alcance de la mano.
Peter S. Fader, profesor de Márketing de Wharton, confía poco en que la gente continúe comprando periódicos físicos en grandes cantidades en los próximos años. Compara la envestida de Internet con los periódicos al impacto que la descarga digital de música ha tenido en los discos compactos: Los CDs todavía son atractivos para los consumidores, pero ya no son el único medio dominante de antes. “Creo que el contenido no digital todavía va a jugar un papel fundamental en el segmento de la música”, sugiere Fader. “Todavía existe cierto atractivo en poseer un CD, poder tocarlo y colocarlo de nuevo en la estantería. Algunas personas dicen lo mismo de los periódicos. No sé si estoy totalmente de acuerdo con esto. Puede que sea cierto, pero los periódicos son una cosa efímera. No se coleccionan. No tienen valor duradero. Todo lo contrario, son un estorbo, especialmente desde que no se utilizan para envolver el pescado”, añade.
Lawrence Hrebiniak, profesor de Gestión de Wharton, asegura que los periódicos se han adaptado y prosperado durante décadas a pesar de que tuvieron que enfrentarse a la competencia de la convergencia de nuevos medios, aunque ahora muestran signos de debilidad debido a una competencia más intensa por parte de Internet y las cadenas de noticias por cable. Los periódicos tienen gran parte de la culpa, ya que durante años recibieron cantidades sustanciales de dinero y disfrutaron de un gran éxito en los grandes mercados, casi siempre, en situación de monopolio.
“Si analizamos la historia de los periódicos, han sido acosados durante mucho tiempo por competidores más nuevos”, dice Hrebiniak. “Desde la aparición del telégrafo, la radio y la televisión, todo el mundo ha anunciado el final de los periódicos. ¿Cómo han reaccionado? Se han adaptado, siendo proactivos. Cuando la televisión y la radio aparecieron, los periódicos los compraron. Pero creo que la industria ha alcanzado una madurez tal que se ha vuelto un poco perezosa”, asegura.
“A grandes rasgos, es una industria que está en declive”, añade Joel Waldfogel, profesor de Empresas y Políticas Públicas de Wharton. “Si miras a los grupos de edad de los consumidores, se observa que las personas mayores consumen más periódicos que los jóvenes. Pocos diarios han sido capaces de ser distribuidos en varios lugares, el principal ejemplo es The New York Times. El Times ha mantenido cifras de circulación al alza mediante una distribución más amplia, pero este tipo de estrategia no sería la más apropiada para otros muchos periódicos”.
Datos económicos heterogéneos
Es cierto que la industria está en declive, aunque la historia no termina ahí. La circulación realmente ha caído, pero la mayoría de los periódicos siguen siendo rentables. Incluso The Philadelphia Inquirer gana dinero, aunque no tanto como los inversores de Knight Ridder hubieran deseado. De hecho, la presión por parte de los inversores impacientes con los márgenes de beneficios de los periódicos de Knight Ridder y el precio de las acciones de la empresa controladora fue la razón por la que la cadena se pusiera a la venta.
Entonces, ¿cuál es la situación real de la industria? La dificultad de hacer una estimación simple y concisa se pone de manifiesto en Estado de Medios de noticias 2006: Informe anual sobre el periodismo americano, publicado el 13 de marzo por el Proyecto de Excelencia en Periodismo, una organización cuyo objetivo es aumentar los patrones del periodismo de EEUU.
“Para la industria periodística, 2005 fue un año de sorpresas desagradables”, explica el informe. “Cada indicador, incluido el número del personal de noticias que los mejores periódicos metropolitanos envía a informar cada día, registra un fuerte declive. Aun así, el escenario que se presenta para 2006 es ambiguo. Los periódicos, de acuerdo con la lectura que hacemos de este escenario, no se extinguirán hacia el final de la década, tal y como algunos comentarios han sugerido. Pero tampoco está muy claro lo que pasará. ¿Se trata del principio de una transición ordenada hacia un nuevo conjunto de modelos de negocio en los que los periódicos acompañarían fielmente a su público al ciberespacio? ¿O los periódicos mermarán inevitablemente – en sus informaciones e incluso físicamente- dejando un vacío peligroso?”,analiza el informe.
Las estadísticas que aparecen en el informe Estado de medios de noticias presentan una imagen confusa de la situación económica de la industria. Las cifras de circulación siguen debilitándose, y en el semestre que terminó el 30 de septiembre de 2005, la circulación de los diarios cayó un 2,6% y la de los diarios dominicales un 3,1%. En la segunda cadena de periódicos de EEUU en ingresos, la Tribune Company, los ingresos por circulación se redujeron un 7%. Además, la circulación ha caído como porcentaje de contribución al mix total de los ingresos de los periódicos. En 2005, el ratio era aproximadamente de 20% de circulación y 80% de publicidad. A mediados de los 80, el ratio se aproximaba al 30%-70%. El descontento de Wall Street se podía medir por los precios de las acciones de las empresas periodísticas, que cayeron un 20% el año pasado.
Pero los márgenes de beneficios en 2005 fueron ligeramente inferiores en comparación con 2004, según señala el informe. 13 empresas con acciones en bolsa vieron cómo sus márgenes caían una media de 1,5 puntos porcentuales, justo por debajo del 20%. Además, el margen operacional medio antes de impuestos de estas empresas “seguía siendo mayor que las volátiles industrias farmacéutica o petrolífera”, explica el informe. “Esta cifra, sin embargo, no impresionó a los inversores, que ahora valoran poco la rentabilidad pura y simple. Para Wall Street la existencia de grandes márgenes de beneficios sobre estrechos ingresos, por ejemplo, sugiere que la industria está estancada. Los inversores se fijan ahora en el crecimiento de los ingresos (lo que llaman el top line) y en la pregunta más amplia de si las empresas de periódicos serán capaces de inventar nuevos modelos de negocio y encontrar una manera de crecer en la era Internet”, añade.
“La industria es saludable según parámetros como la rentabilidad“, comenta Rich Gordon, profesor de la Medill School of Journalism de Northwetern University, Evanston, Illinois. “Al mismo tiempo, yo diría que la industria está en crisis y no será fácil superarlo. Salir de ella, sin cambios, será imposible. Es un momento duro. No está claro que haya una respuesta fácil”, especula.
De modo general, los problemas que afectan a los periódicos son similares al de otros medios, como la televisión y las revistas. Los medios de masas disminuyen y seguirán haciéndolo, de acuerdo con Gordon, ex reportero de Miami Herald encargado del departamento de medios del periódico durante los cuatro años que pasó en la empresa antes de incorporarse a Medill, en 2000. “Esto ocurre porque ya no tienen el monopolio u oligopolio que tenían del mercado. Hoy en día, en la mayoría de los mercados tenemos un periódico, tres grandes cadenas de televisión y algunas revistas de circulación nacional. Este modelo procura conquistar el mayor público posible y vender publicidad en un volumen tal que llegue al mayor número posible de personas. No hay otra salida. Nadie quiere pagar por una publicidad dirigida a un público que probablemente no se convertirá en consumidor del producto, por tanto, el enfoque actual es dirigirse a públicos específicos. Junto a estas dos cosas- y añade que la publicidad de anuncios clasificados es la segunda mayor fuente de ingresos de los periódicos; además de que se puede producir un coste/beneficio mayor online- y se produce una confluencia de factores que harán más difícil cualquier posible estrategia de crecimiento del periódico. Podrán seguir siendo rentables, pero no será posible hacerlos crecer”.
La dependencia de los periódicos de los anuncios clasificados quedó clara en un artículo del 20 de marzo publicada en The New York Times sobre las dificultades a las que se enfrentó el San Jose Mercury News, un de los dos periódicos de Knight Ridder que McClatchy ahora quiere vender. Los ingresos de los anuncios de empleos cayeron hasta 18 millones de dólares en 2005 después de alcanzar los 118 millones, en 2000, a medida que las empresas de alta tecnología de Sillicon Valley, también en dificultades debido al estallido de la burbuja tecnológica, en 2000, empezaron a utilizar los servicios de empresas de Internet como Craigslist.com y Monster.com para los anuncios de empleo. Scott Herhold, columnista del Mercury News, dijo al Times que “Craiglist nos arrebató lo más importante que teníamos”.
Parámetro o referencia
Jacqui Banaszynski, profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri, en Columbia, y ex-directora gerente asociada de Seattle Times, aseguró que la venta de Knight Ridder ilustra los cambios profundos por los que pasa la industria. “Knight Ridder es tan grande, y su presencia en el país es de tal magnitud, que, en mi opinión, tenemos que usarlo como parámetro o referencia”, señala. “Es interesante, y no insignificante, que cuando McClatchy compró Knight Ridder, tenía la intención, en aquel momento, de deshacerse de algunas de sus propiedades. McClatchy siempre tuvo fama de empresa dotada de una estrategia inteligente para los negocios, lo que parece demostrar aquella decisión”.
El gran desafío para las empresas periodísticas, continúa Banaszynski, consiste en “saber hasta cuándo las personas estarán dispuestas a invertir en el modelo tradicional de periódico y apoyarlo. Al mismo tiempo, se preguntan cuál será el próximo ciclo de interacción entre los proveedores de contenido y como será posible beneficiarse con esto”. Otro gran desafío es saber “cual debe ser la dimensión del margen de beneficio de los periódicos en ese periodo”.
Edward J. Trayes, profesor del departamento de periodismo de Temple University, en Filadelfia, puso de manifiesto varios cambios en los periódicos y los hábitos de lectura desde que entró en el Temple University, en 1967. Tal y como sus colegas, él cita las principales razones para el descenso de lectura de los periódicos, incluidas las crecientes fuentes de información a disposición del lector más refinado con el uso del ordenador.
Como ejemplo cita el hecho de que muchos de los jóvenes que observa en el metro por la mañana prefieren escuchar su iPod cuando van al trabajo que leer el Inquirer. Hay pasajeros que simplemente no quieren ensuciarse las manos de tinta manoseando un periódico- un defecto que los editores nunca podrán solucionar. Además de eso, como era de esperar en una sociedad móvil, ningún subscriptor quiere tomarse el trabajo de lidiar con la interrupción de la suscripción durante las vacaciones, sobre todo si el departamento de circulación es poco eficiente y no interrumpe la entrega del periódico.
“Las altas y bajas son muy complicadas para los periódicos; no saben gestionarlas bien”, señala Trayes. “¿Quién quiere que se le amontone una pila de periódicos fuera de su casa cuando no hay nadie en ella? Atrae a los ladrones”. Además de eso hay que reciclar todos esos periódicos que vamos apilando en casa durante la semana. Al final, los suscriptores más ocupados acaban cancelando su suscripción.
Entonces, ¿qué debe hacer la industria para seguir avanzando? Para varios profesores, el clima de inquietud que ronda a las empresas del sector requiere que estén atentos al siguiente consejo: el periódico no desaparecerá, pero los ejecutivos necesitan entender que los días de las vacas gordas han acabado. Para usar una terminología de bolsa, no hay que luchar nunca contra la tendencia del mercado. Ahora, más que nunca, es preciso disminuir el tamaño de los equipos, favorecer la cobertura local y, tal vez, lo más importante de todo, atraer el público joven. Para eso, hay que tomar en cuenta las necesidades de los lectores en el momento de decidir qué énfasis dar a las historias publicadas. Acepte los cambios culturales en las redacciones; el papel del editor como intermediario todo poderoso está desapareciendo entre los lectores cada vez más sintonizados con Internet. Piense en múltiples canales de distribución; el ciberespacio puede ser tanto un amigo como un competidor. Comprenda que el tiempo del lector es precioso, pero no se olvide de que el análisis y el modo narrativo de contar una historia- además de datos y hechos- sigue siendo actual.
Respecto a los accionistas de la industria periodística, es necesario que acepten márgenes de beneficios menores para que editores, reporteros y ejecutivos del área de publicidad puedan hacer los cambios necesarios, de manera que el periódico se adapte al admirable nuevo mundo de la generación de noticias y de la información. Hrebiniak, de Wharton, señala que no es raro que los consejos de administración de otros negocios se comprometan con una visión de largo plazo, proporcionando un suspiro en tiempos de turbulencias. Trayes, profesor de Temple, está de acuerdo: “Tal vez el modelo, en el futuro, consista en una mayor autonomía local, en vez de presión corporativa, bien con una mayor dosis de confianza en la gerencia local, dándole más oportunidades de hacer aquello que deba hacerse”.
Waldfogel, de Wharton, que estudió recientemente el mercado de noticias, explica que los periódicos continúan “en situación de equilibrio” y en posición de sacar ventaja de Internet, ya que los reporteros y los editores han creado, para las ediciones impresas, el contenido necesario para ser colgado online. “Los creadores de contenido preexistente son muy importantes en Internet, porque ya están escribiendo artículos. Sus sitios siempre fueron atractivos desde el principio”, asegura.
“Los periódicos, sin embargo, se han empeñado en descubrir medios de ganar más con sus operaciones online”, señala Waldfogel. Todos venden publicidad, pero pocos cobran tarifa de suscripción. El Wall Street Journal tiene esa práctica desde que lanzó el WSJ.com y el New York Times, con su opción Times Selection, comenzó a cobrar una tarifa de acceso a los lectores hace algunos meses para determinadas secciones del sitio web.
A pesar de eso, algunas cuestiones fundamentales continúan sin respuesta definitiva: ¿el cobro por el acceso a Internet hará que los lectores opten por los sitios de noticias gratuitos? ¿El acceso a contenido gratuito hará que el lector abandone la lectura del periódico impreso? ¿O se sentirá tentado con esto a comprar el ejemplar impreso o suscribirse?
Para Waldfogel, el periódico también necesita encontrar un medio de aumentar la cantidad y la calidad de la cobertura local. “En los últimos 10 a 15 años, ha habido un crecimiento mucho mayor de los medios nacionales”, comenta. “El consumidor puede perfectamente informarse sobre los eventos nacionales a partir de otras fuentes, en vez de hacerlo mediante el periódico local. Lo que los periódicos siempre han hecho, y deben continuar haciendo, es proporcionar más cobertura local. De esta manera conseguirán mantener el interés del lector”, concluye.
Banaszynski, de la Universidad de Missouri, destaca que no hay una fórmula mágica capaz de eliminar los problemas de los periódicos. Efectivamente, la cobertura local es necesaria, pero no ocurrirá de un modo fácil o barato para los diarios de las grandes metrópolis. “Entre otras cosas, los periódicos han perseguido obsesivamente esa idea de cobertura local”, dice. Aun así, para conseguir noticias locales que el lector no encontrará en ninguna otra parte, “es preciso colocarse en un nivel microscópico. Necesitas equipos y recursos, y eso es caro”.
Banaszynki observa que el camino más accidentado tal vez sea para los periódicos de tamaño medio, situados entre los diarios mayores y los pequeños de las ciudades y los barrios. Los periódicos grandes, con mucho dinero- como el New York Times, The Wall Street Journal, USA Today y quizás The Los Angeles Times- disponen de fondos suficientemente generosos como para atraer al lector gracias a su cobertura internacional, dice. Los pequeños, a su vez, tendrán que permanecer fieles a su mercado, porque no tienen otra pretensión que ofrecer una información local en profundidad y para eso no se tienen que enfrentar a la competencia.
Pero periódicos como el Philadelphia Inquirer tienen que enfrentarse a un dilema: no pueden ser un New York Times y tampoco limitarse a ser un periódico local, porque no cuentan con equipos que puedan ocuparse de uno u otro aspecto. “Son los periódicos regionales y locales, que antes eran fuertes, lo que hoy enfrentan mayores dificultades”, dice Banaszynski. “El Philadelphia Inquirer no consigue ser local hasta el punto de satisfacer” a los lectores que quieren saber lo “que ocurre en su misma calle”.
Objetivo: el consumidor joven
Gordon, de Medill School, sugiere que, para tener éxito, los periódicos tendrán que desarrollar productos de medios. Un periódico al que se le ha dado bien esta estrategia es el Arizona Republic. Según Gordon, el periódico posee 11 líneas distintas de productos, incluyendo nuevas ediciones impresas y online, productos de publicidad directa y revistas. “Esto muestra que, si se posee un conjunto de productos, es posible conseguir un público agregado bastante mayor que el público de cada uno de los productos individualmente”, explica Gordon. “Ése es el modelo de éxito”.
Gordon añade que el Republic posee una ventaja fundamental que muchos otros diarios no tienen: su público lo integra el llamado cinturón del sol, una región de EEUU cuyo crecimiento de población es constante. “Con eso, el diario acaba disponiendo de más dinero para invertir en nuevos proyectos”, añade.
Fader, de Wharton, dice que el mayor desafío para los sitios del periódico consiste en “atraer al lector por medio de artificios no disponibles anteriormente, bien a través de un tratamiento de contenido que lo haga más denso, o por medio de características que jamás serían posibles en el mundo de la tinta y del papel. A pesar de eso, se trata de un esfuerzo enorme, y la economía no ayuda. A medio plazo, no es posible obtener los mismos ingresos que se obtienen con la edición impresa.
Tal vez, conseguir atraer al consumidor joven sea el punto crítico de la cuestión. El futuro de los periódicos estaría garantizado, pero estos lectores son más propensos a leer los periódicos en Internet que la edición tradicional impresa. “Si analizamos los números del público lector, veremos que, desde hace 100 años, las sucesivas generaciones siempre han leído menos el periódico que la generación anterior”, dice Gordon. “Cuando entré en el negocio, a principios de los años 80, sabíamos que los jóvenes leían menos, pero pensábamos que se trataba de una etapa de la vida, y que cuando se volviesen adultos, y tuvieran que pagar hipotecas e impuestos, leerían más. Pero no fue así. Ciertos hábitos se forman al cumplir los veinte y pocos años, y no cambian más con el paso del tiempo”.
A pesar de la transformación ocurrida en las empresas periodísticas, no todo el mundo piensa que los periódicos tradicionales y los tabloides desparecerán. Incluso si los reportajes más serios se han convertido en commodities, los periódicos tienen pocos competidores que proporcionen un análisis y opiniones más profundas. Incluso en la era digital, el lector todavía busca temas- bien contados y dotados de una fuerza narrativa poderosa- que ayuden a explicar el mundo en que vivimos.
Michele Weldon, articulista veterana y actualmente profesora de Medill School, acaba de escribir un libro titulado Noticias para el hombre común: cómo y por qué los periódicos americanos han cambiado para siempre. En el libro, explica en detalle de que modo los periódicos, en los mercados de costa a costa, están adoptando cada vez más una entradilla “de cuño narrativo y humanista” en materias vinculadas en la primera página, tanto en los artículos como en los reportajes más serios.
“Los periódicos jamás ganarán la carrera contra el tiempo”, dice Weldon. En el momento en el que los lectores tienen acceso al periódico, ya saben lo que van a leer, porque la TV, la radio y los blogs ya se lo han contado. Como resultado de esto, los periódicos “deben presentar las noticias en mayor profundidad, o, de algún modo, volverse más atractivas. Estudios sobre el público lector muestran que las personas están interesadas en la lectura de historias locales o con componente humano. Por eso, en los periódicos empezarán a florecer las noticias con información adicional a los hechos más importantes”.
¿Será el tono de narrativa de los reportajes el preludio de lo que está por venir? “Puede ser”, responde Weldon. Hay quien dice que la adopción del estilo narrativo obliga al periódico a hacer concesiones intelectuales para no perder público, y que tal recurso sería “el esfuerzo duradero para salvar la industria”. Otros, sin embargo, “ven en eso una tabla de salvación de los periódicos”, comenta. “Mucha gente ve con buenos ojos esa estrategia. Las personas tendrían un motivo para leer los periódicos, porque no tienen acceso a este tipo de contenido” en ningún otro lugar. Una buena narrativa puede llamar la atención del lector, no importa si el medio utilizado es físico, virtual o en podcasting. Para Weldon, “tenemos que dejar de preocuparnos con la forma en que la noticia llega al público”.
Docente: Juan Luis Ángel Cardeño
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